viernes, noviembre 02, 2018

Todos santos

Pues ya llegó noviembre y también Todos Santos, en Bolivia, cuando todavía estaba mi abuelita y mi mamá se sentía mejor, hacíamos pan, recuerdo bien lo que le costaba amasar a mi mamá. Nos gustaba hacer sarnitas, empanadas, maicillos, bizcochuelos, rosquitas y si podíamos hasta galletas. Era tan divertido y cansador al mismo tiempo, estar horas en la cocina, y, a pesar de que nunca tuvimos una receta bien marcada con mi mamá, gracias a Dios siempre nos salían bien, mmm... bueno alguna vez se nos doraron más de lo que deberían pero ya saben, para todo hay solución.

La mesa que poníamos no era muy grande, como todavía estábamos con mis hermanos, había que poner para que alcance para todos. Era muy importante también poner las velas y las flores. Y hoy a mediodía teníamos que rezar todos sin falta, y después de almorzar, mamá nos repartía todo, siempre a gusto del que le gustaba más la fruta o las masas.

Ahora la mesa es aún más pequeña, solo para tres, aunque mis hermanos y yo estamos lejos, todavía se nos antojan las cosas que son de nuestra casa, pero se que mis abuelitos y demás familia que vaya a casa sabrá que siempre se los va recordar con cariño.

Por otro lado, aquí en México, las mesas de ofrenda son más elaboradas, a diferencia de allá, se preparan dos, una el 31 de octubre para los niños y otra el 1 de noviembre para los adultos y el ánima sola, aquí entre hojaldras o pan de muerto, tamales, atole, manjar, frutas, gelatina, bebidas, cigarros, golosinas, comida y hasta juguetes, pones si deseas, una veladora para cada alma, puedes poner todo lo que quieras, pero no debes olvidar compartir al final. eso es algo que se hace siempre. 


En la mañana encontré a ese pequeño degustando un poco.

¿Será que alguien vino en forma de grillo?.

No hay comentarios.: