martes, octubre 30, 2018

Desde ese día

Hay días tan raros como el día de hoy, bueno desde el domingo que amanecimos con esto del cambio de horario los días parecen tan lentos, pero lo bueno es que aparentemente tienes más tiempo para hacer las cosas.

Amaneció y pude lavar la ropa temprano, lo bueno de esto es que con lo del cambio de clima, la ropa se seca más temprano. ¿Cómo cambian las cosas no?. Ahora esto de los quehaceres de casa son mi mayor pasatiempo. Y cómo dice mi papá, "si vas a hacer algo, hazlo bien", es por eso que sea lo que sea que haga tengo que hacerlo bien, porque sino es mejor que no lo haga, a pesar de que muchas cosas afligen mi voluntad.

Bueno, hoy hice algo que quería hacer hace tiempo, le preparé la comida a mi esposo, algo simple pero bueno, algo rico pero con mucho detalle, lástima que no pude tomar una foto para mostrarles.

No saben el gusto que me dio ver su sonrisa, es tan bonito saber que le gustó.

Ahora está nublado, es una de esas tardes que prefieres quedarte en cama, con una mantita y un buen café o chocolate... hmmm... ya se me antojó. ¿Y a ti?

Acabo de recordar que no les conté como fue que cambié de residencia ¿no?. Bueno todo empezó hace tres años, cada vez que recuerdo esa época vienen a mi corazón esos nervios que sentí la primera vez que vine a México, esa nueva aventura de viajar sola por primera vez y lo haría mil veces más. Nada como esa emoción de emprender un nuevo desafío, con miedo, con ese fuego en el corazón y la certeza de saber que todo va estar bien. Pero, por otro lado, también recuerdo la tristeza de dejar mi zona de confort, el lugar donde nací y donde hice una vida, con millones de recuerdos que no se pueden dejar tan fácilmente.

En fin, entonces ahí estaba, sentada en ese avión que me traía a este nuevo destino, con esos nervios de saber si lo que estaba esperando pasaría, después de estar en mis dos escalas largas, sueño incómodo y lugares nuevos que conocí. Entonces llegué, Ciudad de México a las 4 de la tarde aproximadamente, después de pasar un tiempo en lo de control de migración ahí estaba, pasando esa puerta que me abría a mi aventura. Esa ciudad enorme, tantos taxis, tanta gente, tanto movimiento. ¿Qué hacer primero?. ¿Dónde ir?.

Y ahí estaba, logré el primer objetivo, el metro, ahora debo llegar al hotel. ¡Qué bonito es ver no hay nada imposible!. Me gusta tanto esa habitación, encontré un lugar cómodo, hablé con mi mamá, comí y un paseo por la Ciudad antes de ir a mi nuevo destino, allí me estaba esperando mi amiga Zayda, una hermosa veracruzana que estudiaba en Xalapa, ahora es maestra de primaria, una increíble mujer fue mi cómplice los primeros días que andaba de turista en esa ciudad.

Me enamoré de Xalapa, me recordaba por un lado a mi hermosa La Paz, una mezcla de lugares que hacen que un lugar te atrape, que no te alcance el tiempo para conocer, que quieras probar los sabores que tiene para compartir.

Conocí a una señora, madre soltera imagino, hacía de comer delicioso, de esos sabores de casa que nunca son iguales a los grandes restaurantes, esa señora que se sienta a tu lado a contarte historias divertidas.

Zayda por su lado, también tenía mucho que contarme, que enseñarme, que compartir conmigo para que no se nos olvide a las dos. Éramos dos mujeres solas, lejos de nuestra casa, lejos de esos papás que siempre cuidaban de nosotros, lejos de nuestros amigos, pero en un lugar que nos recibió tan bien que sientes que no estás tan perdida. Ella supo abrigar, con su compañía, mi corazón aventurero, me dio techo y una mano en que apoyarme, por los que siempre estaré agradecida.

Unos días y chocolates después iba camino a la parada del autobus, era él que llegaba a buscarme, y, desde ese día estamos juntos. 

lunes, octubre 29, 2018

Y es así

Buenas noches, tardes o días si es el caso, hace unos días compramos una computadora nueva, no es que la anterior no me gustaba, pero nada como volver a los antiguos hábitos que nos hacían tanto bien.

Han pasado tres años. Han pasado muchas cosas por aquí y por allá también. Dos de mis mejores amigos ya están casados, el otro en camino a la especialidad que tanto le ha costado. Me da mucho gusto decirles que hay cosas que nunca cambian para nosotros, aún tenemos esa complicidad en la mirada, eso de reírnos de solo acordarnos de antiguas travesuras. Pero por otro lado, también está el hecho de que hay cosas que ya no son las mismas porque ya no tenemos el mismo tiempo compartido, hay menos anécdotas juntos por compartir, y, lo que antes era una convivencia casi diaria, se ha convertido en la recolección de recuerdos para conversar e intentar volver a vivir. Hemos cambiado de cómplices en el camino, hemos encontrado nuevas parejas de viaje, nuevas historias que comienzan a escribirse desde decidimos empezar otro camino, unos más cerca, o en mi caso, más lejos.

Creo que todavía se preguntan por qué decidí venir a vivir a México, tan lejos, un lugar que no conocía, pero a la vez, era un lugar al que me parecía haber venido antes, porque estando aquí me di cuenta de lo mucho que se parece a La Paz y a Bolivia.

Acabo de recordar que tengo muchos temas que contarles desde hace ya tres años...

Y es así que una vez más intentaré regresar, ¿me acompañan?.